En la presente investigación, se puede apreciar que las Cooperativas de Trabajo permiten a sus integrantes alcanzar los elevados propósitos y grandes aspiraciones para desarrollarse como personas de bien, al posibilitar la satisfacción de sus necesidades, mediante una estructura de trabajo mancomunado con caracteres propios, que se han mantenido a través de la historia, no obstante haber intentado el hombre distintas formas de organización para su supervivencia.
El cooperativismo emergió en un contexto sociocultural, donde se estaba devastando el estilo de vida de los trabajadores rurales, para utilizarlos como mano de obra en las grandes industrias urbanas, con extenuantes jornadas laborales, pésimas condiciones de trabajo y salarios ínfimos que generaron distintas iniciativas populares de liberación.
El surgimiento del cooperativismo se produce, entonces, como reacción a un modelo que favorecía a unos pocos y condenaba a la miseria a la mayoría.
Las cooperativas están fundamentadas, desde el siglo XIX y hasta nuestros días, en valores y principios, que las diferencian de otros tipos de empresa manteniendo su propia identidad.
En su estructura organizacional estos principios están todos interrelacionados entre sí, siendo imposible la inexistencia de uno de ellos, porque afectarían la vida de las cooperativas, ya que las mismas se basan en destacados valores como la ayuda mutua, equidad, solidaridad, responsabilidad social, que han infundido ánimo al movimiento desde sus orígenes, determinando sus caracteres esenciales.
Su evolución a través del tiempo, fue gradual, evidenciando problemas de adecuación a los distintos sistemas, tanto de producción como normativos, que fueron superando hasta lograr la consolidación del movimiento, haciendo que día a día se fortalezcan más los principios de: asociación voluntaria y abierta; control democrático; participación económica; autonomía e independencia; educación, capacitación e información; cooperación entre cooperativas y preocupación por la comunidad, que han caracterizado a las cooperativas de trabajo como entidad mundial desde sus comienzos y les ha permitido su permanencia en el tiempo, sin distinción de régimen político y/o sistema económico en el que les tocó transitar, sin alejarse de su objetivo esencial: POSIBILITAR TRABAJO A SUS ASOCIADOS EN ARAS DEL BIEN COMÚN Y ENALTECIENDO LA SOLIDARIDAD Y EL COMPROMISO CON LA COMUNIDAD.
Es en este contexto, en el que constituir cooperativas de trabajo se debe a la necesidad de crear nuevos emprendimientos productivos ante los desafíos que plantea una economía globalizada con un elevado desempleo, pues la respuesta ha sido dada por los propios trabajadores en lugar del sector empresario o bien del Estado, quien no ha sido capaz de
eliminar la exclusión social y generar las condiciones necesarias para un mayor número de empresas que demanden empleo.
Es decir que las cooperativas son organizaciones voluntarias abiertas a todas las personas capaces de producir y/o prestar servicios, y dispuestas a aceptar las responsabilidades de ser socios, sin distinción de categorías sociales, económicas o religiosas y son el resultado de iniciativas de emprendedores para satisfacer sus propias necesidades, definiendo objetivos y estrategias para arribar a las metas propuestas.
El movimiento cooperativo desarrollado en Europa, fue conocido en nuestro país a través de las ideas e iniciativas de los inmigrantes, quienes mediante un proceso de transculturación, aplicaron el sistema cooperativo a las distintas actividades económico-productivas, que implementaron con la finalidad de elevar su nivel de vida, mejorando las condiciones de trabajo y poder competir con la opresión de las grandes empresas monopólicas y la banca extranjera, que dominaban el mercado y la generación de riquezas, en perjuicio de la clase trabajadora.
Como resultante de la difusión de las cooperativas, y ante la necesidad de su regulación, se comenzaron a dictar distintas disposiciones legales.
El Estado en cumplimiento de su función fiscalizadora y de regulación que le asiste, debe garantizar y asegurar los derechos de los trabajadores, y por ello ha promulgado una gran cantidad de resoluciones para evitar el abuso y el restablecimiento del orden público laboral, en resguardo de la existencia de la cooperativas de trabajo, las que por su origen, siempre necesitan de un marco normativo idóneo para poder cumplir con sus objetivos.
Dada su importancia como modelo natural de agrupación productiva, en situaciones de fracaso del sistema tradicional empresario, los mismos trabajadores han encontrado en la cooperativa de trabajo los principios y valores rectores de una conducta democrática, que les ha posibilitado superar la crisis y llevar adelante la empresa, como bien puede apreciarse en el ejemplo de la cooperativa Artes Gráficas del Sol Limitada, ex Gráfica Valero S.A., entre otras, que constituyen un verdadero ejemplo de que cuando la fuerza del trabajo, junto con el apoyo sano del Estado y la creatividad de sus integrantes, pueden llevar adelante un proyecto diferenciador del resto con resultados positivos. Por lo expuesto, podemos decir que la finalidad del cooperativismo de trabajo es el de demostrar, que cuando las personas creen en un proyecto y se les da la oportunidad de participar activamente en su desarrollo, son capaces de generar riqueza y crear puestos de trabajo estables y de dignificar el concepto del trabajo como uno de los derechos fundamentales del ser humano.
viernes, 13 de junio de 2008
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